2008 "Diversos Medios", Vicente Galería de Arte,
Hato Rey, Puerto Rico.2007 "Del Caribe al Perú"
Club de Tennis Las Terrazas Miraflores, Lima, Perú.2006 "Retorno en dos tiempos" Francisco Nader Arte Latinoamericano,
Santo Domingo, R.D.2004 "Power of Color", Mission Community Hospital,
Los Angeles, California.2004 "Bladimir Díaz Veinte Años despues",
Casino del Yuna Bonao, R.D.2003 "Rostros Mios", Galería Mi tierra, San Juan, Puerto Rico.2003 "Obras Recientes", Hotel Wyndham, San Juan, Puerto Rico.2001 "De lo Abstracto a lo Figurativo", Dalí Galería de Arte,
Puerto Rico.2001"Color Caribeño", Galería Amonau, San Juan, Puerto Rico.1999 "Trópico de Color", Centro Judicial de Carolina, Puerto Rico.1996 "Caribe en Tacoma", Opus D’ Arte Gallery, Tacoma, Washington.1996 "Color Mujer", Citibank Corona, Nueva York.1995 "Bladimir Díaz y sus Pamelas",
Sociedad Dominico-Americana, Nueva York.1994 "Caribe-Color", La Frontera Restaurant, Nueva York.1993 "Homenaje al Trópico", Festival Latino-Americano, Nueva York.1993 "Plena Mujer", Hotel 5to. Centenario, Santo Domingo, R.D.1992 "Caribe en Nueva York", Club Hnos. Unidos,
Queens, Nueva York.1991 "Color de Mujer", Julissa Casting, Puerto Rico.1991 "Pamela y Rostros II", Hotel Carib-Inn, Puerto Rico.
1990 "Cayendo la tarde en el Hispaniola",
Hotel Hispaniola, Santo Domingo, R.D.1989 "Rostros & Texturas", Miriam’s Tours, Santo Domingo, R.D.1989 "Mis mujeres Morenas", Hotel Embajador, Santo Domingo, R.D
1988 "Encuentro con el Color", Hotel Caribe I, Santo Domingo, R.D.1988 "Damas Antañonas", Colegio Arroyo Hondo, Santo Domingo, R.D.1987 "Pamelas en Plumillas",Taller de Arte Bladimir,
Santo Domingo, R.D.
1988 "Damas Antañonas", Colegio Arroyo Hondo, Santo Domingo, R.D.1987 "Pamelas en Plumillas",Taller de Arte Bladimir,
Santo Domingo, R.D.
1987 " Pamelas y Rostros" I, Galería de Arte Ivonne,
Santo Domingo, R.D.
1986 " Dibujos & Pinturas", Adnelys Modas, Santo Domingo, R.D.
1984 "Bladimir Díaz, primera individual",
Casino del Yuna , Bonao,R.D.
El artista moderno, en mi opinión, trabaja y expresa un mundo interior, en otras palabras, expresando la energía, el movimiento y otras fuerzas internas; enfoco la pintura de la misma forma directa; sin estudios preliminares" Jackson Pollock, artista plástico.
"Retorno en dos tiempos", es el nombre de la exposición con el cual Bladimir Díaz, regresa al país para ofrecernos en cuarenta obras rigurosamente seleccionadas el amplio espectro visual en el cual ha evolucionado su proceso creativo en los últimos años, después que, eligiera a Puerto Rico como la tierra de promisión de donde irradia sus creaciones y proyecta su labor plástica.
Díaz, hijo del artista Lan Díaz, que junto a otros niños como el se convirtiera en su discipulado en Bonao, la ciudad de las hortensias, inició su trabajo plástico reflejando en sus lienzos la mujer dominicana, desde la óptica de los rasgos étnicos afroantillanos, llenando de alegría y color sus famosas morenas con elegantes pamelas que con el tiempo se refinaron agregándole abalorios, copiosas cabelleras de rizos negros, y carnosos labios, que las que, alcanzaron un alto grado de sofisticación agregándole mariposas, detalles de la foresta y adicionándoles elementos de la geografía tropical.
Por ese tránsito de exitosa trascendencia y gusto popular, llenaron su impronta y su vocación de reproductor costumbrista hasta que su espíritu de búsqueda le incitó a recorrer y abordar otras formas de explayar su irrefrenable sentimiento de expresar la belleza que en su interior reconocía y que deseaba compartir con sus coleccionistas.
Entre la figuración y la abstracción y de manera especial en el expresionismo abstracto que en la década de los 40 creara Jackson Pallock, en sus búsquedas exploratorias, incluyendo el movimiento muralista de Rivera, Orozco, Siqueiros en México, del surrealismo de Miró, así como del trabajo de otras figuras emblemáticas del arte universal como lo fueron Picasso, Mondrian y Masson, en esa recurrente escuela, encuentra Díaz su nuevo sendero creativo.
Con más de siete años construyendo su nuevo lenguaje, pero sin abjurar el camino recorrido en su carrera pictórica, la que también está presente en este su retorno después de largo tiempo sin exponer manera individual, Bladimir Díaz habla con entusiasmo de su actual modo de expresión plástica, recalcando eso si, su origen antillano, el color, el cromatismo que nos caracteriza haciéndose en este nuevo proceso de un amplio catálogo de técnicas y símbolos que pone al servicio de sus piezas.
En la epidermis de sus obras la libertad creadora se hace presente en cada área de sus lienzos, chorreados, espáturalazos moteados, degradaciones, difuminadas, estos efectos y otros que utiliza como el manchado y las imágenes superpuestas, contribuyen a la realización de composiciones, secciones enriquecidas con figuras siluetadas de rostros y cuerpos truncos, de mariposas en aleteos, de barajas que simbolizan lo fortuito lo inesperado, el azar que siempre es imprevisible en el discurrir de nuestro tránsito por este mundo globalizado y vertiginosamente cambiante.
El carnaval como fiesta del Arco de las Antillas, región que nos identifica y aglutina, contiene ese espectro de formas, que acompaña al pintor en su fluir como creador, de ahí que el uso del antifaz y las máscaras aporte el poder simbólico de lo misterioso y escondido, cuyo uso nos incita a la realización de hechos y travesuras imposibles de realizarlas sin esos escudos de simulación; llegando muchas veces a convertir esas fiestas de carnestolendas en aspectos trágicos, del disfrute sano o de zona de traición y de nostalgia.
Esos aspectos señalados, lo percibimos en sus obras como "Carnaval e hipocresía" y "Triste Carnaval", piezas que se identifican con el apasionado acometimiento plástico de Díaz, que también son receptáculos expedito para dar rienda suelta al febril proceso de realización de las mismas; el día y la noche no tienen barreras al febril proceso de creación de las mismas, las musas se les aproxima a cada momento, al punto de que el Rey Sol le encuentra en el taller, tratando que una imagen, que una línea, o un dibujo que soñó o imaginó, quede atrapado en las colorísticas creaciones del artista.
Su dote de colorista, es uno de los méritos más destacables de su trabajo, verdes, abundantes, amarillos, brillantes, degradados chorreados, fragmentado, como el mamey que reluce, el blanco que tímido se complementa, los azules ultramarinos o el azul cielo de la tarde-noche del Caribe, sin faltar el negro contundente, el rojo bermellón, colores que las hermosas libélulas aletean y le prestan sus colores enriquecidos en la vorágine cromática de Díaz.
Esferas, ojos en acecho, bustos de mujer y la caribeña Diosa Themis, de larga cabellera, crucifijo al pecho, mirada tapada con su venda tradicional, a su alrededor la parafernalia de la alegoría que implica el impartir justicia, reloj de arena, balanza, sogas, y un río limpio, sin dudas un evidente símil de la transparencia con la cual, se le debe administrar lo equitativo, irradiando la impunidad en las condenas de los infractores de nuestras leyes.
El retorno en dos tiempos de Bladimir Díaz, es una oportunidad gratificante de contemplar el proceso evolutivo de un artista que aunque allende los mares está presente en visitas y exposiciones colectivas en el país y lo que es más trascendente deja en sus obras la estela imborrable de nuestra identidad.
POR VIRGINIA GORIS
CRITICA DE ARTE
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